Con la mejora del nivel de vida de las personas, los refrigeradores se han convertido en una parte importante e indispensable de los electrodomésticos. Especialmente durante la epidemia del año pasado, cada vez más amigos se dieron cuenta de la importancia de los neveras.

Tener un refrigerador que pueda satisfacer las necesidades diarias de toda la familia no solo puede minimizar la frecuencia de compra de carne, frutas, verduras y otros suministros, sino también Y Se puede garantizar al máximo la frescura de los artículos adquiridos. Especialmente en el caluroso verano que se acerca, los alimentos pueden dañarse fácilmente si se colocan en un ambiente interior. En este momento, se revela la importancia del refrigerador.

¡Aprendamos juntos sobre el refrigerador!

Un refrigerador es un dispositivo de refrigeración que mantiene una temperatura baja constante. También es un producto civil que mantiene los alimentos u otros artículos a una temperatura baja constante. El gabinete contiene un compresor, una máquina de hacer hielo, un gabinete o caja para congelar y una caja de almacenamiento con un dispositivo de refrigeración. La capacidad de los frigoríficos domésticos suele ser de 20 a 500 litros.

En 1910, se lanzó en los Estados Unidos el primer refrigerador doméstico con refrigeración por compresión del mundo. En 1925, la empresa sueca Lido desarrolló un frigorífico de absorción doméstico. En 1927, General Electric Company de Estados Unidos desarrolló un refrigerador completamente cerrado. En 1930, se lanzó al mercado el refrigerador de absorción por difusión continua enfriado por aire que utilizaba diferentes métodos de calentamiento. En 1931, se desarrolló con éxito un nuevo refrigerante, el freón 12. En la segunda mitad de la década de 1950, comenzaron a producirse refrigeradores termoeléctricos domésticos y, en la década de 1950, China comenzó a producir refrigeradores eléctricos.

Orígenes históricos

El ser humano sabe desde hace mucho tiempo que los alimentos almacenados a temperaturas más bajas tienen menos probabilidades de estropearse. Ya en el año 2000 a. C. (siglo XX a. C.), los antiguos residentes de las cuencas de los ríos Éufrates y Tigris en la antigua Babilonia en Asia occidental comenzaron a acumular hielo en pozos para refrigerar la carne. En la dinastía Shang (principios del siglo XVII a. C. al siglo XI a. C.), China también sabía utilizar hielo para refrigerar y conservar los alimentos. En la Edad Media aparecieron en muchos países los refrigeradores primitivos que colocaban cubitos de hielo en armarios de agua especiales o en armarios de piedra para conservar los alimentos. Este tipo de refrigerador todavía se vendía en los Estados Unidos hasta la década de 1850.

A mediados del siglo XVII, en Occidente, la palabra “refrigerador” entró en el idioma americano. A medida que la ciudad se desarrolló, la venta de hielo también se desarrolló gradualmente. Poco a poco fue utilizado por hoteles, hoteles, hospitales y algunos comerciantes urbanos exigentes para conservar carne, pescado y mantequilla. Después de la Guerra Civil estadounidense (1861-1865 d.C.), el hielo se utilizó en camiones frigoríficos y también entró en uso civil. En 1880, la mitad de los refrigeradores vendidos en Nueva York, Filadelfia y Baltimore, y un tercio de los refrigeradores vendidos en Boston y Chicago, eran para uso doméstico. Productos similares incluyen congeladores.

Construir un frigorífico eficiente no es tan sencillo como pensamos. A principios del siglo XIX, los inventores sólo tenían una comprensión rudimentaria de la termofísica crucial para la ciencia de la refrigeración. En Occidente se pensaba que los mejores refrigeradores debían evitar el derretimiento del hielo, una opinión muy común en aquella época, lo cual obviamente era erróneo, porque era el derretimiento del hielo el que desempeñaba el papel de refrigeración.

Los primeros esfuerzos para preservar el hielo incluyeron envolverlo en mantas para que no pudiera hacer su trabajo. No fue hasta casi finales del siglo XIX que los inventores lograron encontrar el equilibrio preciso entre aislamiento y circulación necesarios para un refrigerador eficiente.