Compatibilidad medioambiental

Los aspectos centrales de la compatibilidad medioambiental de los sistemas de calefacción con pellets son el origen de las materias primas, la emisión de contaminantes procedentes de la combustión y el equilibrio climático.

Protección del clima

Dado que los pellets se componen de madera, una materia prima renovable neutra en CO 2 , su balance climático puede ser más favorable que el de los combustibles fósiles. La cantidad de CO 2 liberada durante la combustión corresponde exactamente a la cantidad de CO 2 incorporada a la madera durante su crecimiento.

Sin embargo, incluso la leña o los pellets de madera procedentes de una silvicultura sostenible garantizada pueden tener gases de CO 2 persistentes durante décadas, ya que se tarda décadas en quemar la madera de vida relativamente corta de los árboles maduros talados. El tamaño adecuado de la superficie forestal de sustitución y, por tanto, la cantidad correspondiente de CO 2 que se elimina del aire.

Las emisiones de CO 2 de los pellets de madera son de unos 42 g/kWh, para el fuelóleo el valor es de unos 303 g/kWh. Según el Modelo Global de Emisiones para Sistemas Integrados (GEMIS), el ciclo de vida de los pellets de madera (incluidos el transporte y los insumos materiales), como subproducto del uso de madera de alto valor, representa alrededor del 13% de la energía útil no maderera.

Energía renovable. La demanda de pellets ha aumentado considerablemente gracias a las subvenciones. Esto provoca efectos secundarios como el aumento de los precios y de la utilización de madera forestal en lugar de residuos de madera.

Seguridad energética y creación de valor regional

Mediante el uso de pellets de madera bioenergéticos se reduce la dependencia de los combustibles fósiles. Además, el uso de pellets de madera permite en algunos casos el uso de combustibles producidos regionalmente en comparación con los combustibles fósiles. Los gastos en combustible se mantienen en su mayor parte en la propia región, lo que supone un valor añadido.

Emisiones

En el caso de las emisiones contaminantes (monóxido de carbono, hidrocarburos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno), las estufas de pellets se sitúan en el rango de otros sistemas de calefacción, dependiendo del contaminante y del sistema de calefacción. Las emisiones de polvo fino de las calefacciones de pellets modernas son ligeramente superiores a las de los sistemas de calefacción de gas y petróleo comparables, pero muy por debajo de los valores límite aplicables. Las instalaciones pueden cumplir los valores límite aunque las emisiones se reduzcan en 2015 de acuerdo con el programa 1. BImschV.

Dióxido de azufre (SO 2)

El contenido máximo de azufre de los pellets de madera conforme a DIN plus o ÖNORMM 7135 es del 0,04 % en peso, lo que se sitúa entre el del gas natural especificado por la DVGW (máx. 30 mg / m³ u 8 mg / kWh más el contenido medio de azufre añadido por el olor) y el de los fuelóleos ligeros (conforme a la 10a. 10 del BImSchV, 0,1% en peso).

Según el Modelo de Sistema Integrado de Emisiones Globales (GEMIS), la liberación de SO 2 a lo largo de todo el ciclo de vida de los pellets de madera recuperados de residuos de madera es de aproximadamente 0,53 g/kWh. El gasóleo de calefacción (tecnología de condensación) y el gas natural representan 0,73 g/kWh y 0,18 g/kWh, respectivamente.

Polvo fino

Las emisiones de partículas de las calderas de pellets modernas en funcionamiento normal son de unos 8 mg por MJ de calor, lo que corresponde a 29 mg/kWh. Al mismo tiempo, existen sistemas de calefacción de pellets que, al optimizar la combustión, se sitúan por debajo del nivel de emisiones de pellets y pueden instalarse también en zonas donde se aplican normativas más estrictas.

Estos sistemas utilizan la tecnología de condensación y tienen unas emisiones de polvo y carbono relativamente bajas (aprox. 4 mg de partículas por MJ = 14,5 mg / kWh).

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